martes, 22 de mayo de 2012

El Señor de los Dragones que dibuja en papel, nubes y piedras



Ciruelo, conferencia y muestra “Infinito interior”

El Señor de los Dragones que dibuja en papel, nubes y piedras

Va a cumplir 49 años y dibuja desde hace 44. No solo en papel, sino también en nubes, piedras y en su mente. Creador de universos infinitos alguna vez lo presentaron como El Señor de los Dragones. Desde 1987 reside con su familia en Sitges, España y trabaja allí en un estudio entre la música que el mismo compone y el sonido del Mediterráneo como entorno.
Pinta con óleos sobre tela, dibuja con lápices y grafito pero crea escenarios fantásticos y seres que habitan en costosas películas de arte digital, con tantos detalles y magia que observar una obra suya es un viaje a la ficción habitada. También hizo tapas de discos (como la de Steve Vai, Spinetta, Pedro Aznar, Los Enanitos Verdes, Raúl Porchetto, entre otros), pintó para obras de George Lucas y hasta en sus épocas de ilustrador fue creador de las míticas Cartas Magic y de personajes de juegos de rol.
Desde hace 13 años su arte está solo al servicio de lo que siente, escribe libros, compone música y ya no hace obras por encargo, sino que sus agentes en Estados Unidos y Europa ofrecen y publican. Le es tan natural dibujar y pintar y desde que llegó por primera vez a La Rioja, a la inauguración de su muestra en el Paseo Castro Barros, no deja de sorprender dibujando a quien se lo pide, seres mágicos que escapan de los trazos en hojas de carpeta de los estudiantes, dedicando libros, catálogos y hasta concede dibujar un dragón rosa a una niña. ¿Rosa? Si.
El tema de los colores es cuestión aparte. Ciruelo es daltónico. De chico su mamá le iba diciendo los colores, luego aprendió a ponerles el nombre a los tonos y en la agencia de publicidad en la que trabajó a los 17 años se dio cuenta que no compartía lo que convencionalmente los demás nombraban. Pero quizás el hecho de tener más registro en los valores sin distraerse hace de su atención un campo privilegiado.
Petropictos
Son obras que están a mitad de camino entre la pintura y la escultura. Es saber ver imágenes en una piedra y plasmarlas de tal modo que pareciera que la roca está tallada, Ciruelo solo se ocupa de marcar luces y sombras y surgen animales mitológicos, amazonas, hadas, rostros, de todo. La primera vez que se dio cuenta que podía hacer esto se sintió muy emocionado, dice: “tengo esta facilidad desde chico, y el contacto con la piedra me toca cosas muy dentro a diferencia con el papel, lo hago de manera intuitiva”. Todo en su arte lleva un proceso de autoconocimiento y exploración, realiza bocetos sobre papel que luego transfiere al soporte, rara vez usa una tableta gráfica digital para hacer trazos rápidos, pero son pocos los recursos tecnológicos que necesita quien sabe encontrar formas hasta en las piedras.
Infinito interior
En su presentación manifestó lo que para él significa ser un artista de lo fantástico, su interés por la cosmovisión de las culturas ancestrales como la celta, mapuche y todas las que aún sin contacto entre sí veneraban la figura del dragón como fuente de energía, incluso la similitud con las serpientes aladas o emplumadas del arte americano precolombino.
Ciruelo viene una vez por año a Argentina a la feria del libro en Buenos Aires. Su stand es uno de los más visitados, esta vez, por invitación del secretario de Cultura Pedro Agost accedió a presentar la muestra “Infinito interior” en La Rioja, con más de 40 reproducciones y dos pinturas originales. En la inauguración estuvo también la diputada Adriana Olima.
 “Mi inspiración es la naturaleza, no solo lo estéticamente bello sino con un trasfondo ecológico.  Me mueve a crear todo ese saber que hemos olvidado, antes era normal representar a estos seres que habitan en los bosques. En las culturas andinas hay mucho más de lo que vemos en la naturaleza y en el universo” relata. “Se percibe que viene un cambio que acelera cada vez más ciertos procesos… la evolución occidental es insostenible como estilo de vida, antes se podía vivir diez mil años del mismo modo en armonía con el entorno. Es necesario el respeto al planeta y a las especies para vivir de un modo sostenible”.
Dame para dar
“A veces pido así las imágenes para dibujar […] También lo digo antes de dormir cuando quiero soñar: ´Dame para dar´. Es una orden suave y un pacto. Un mantra y un ruego” . Cuaderno de sueños de Ciruelo. 2010.
Define que el momento de crear es “de misterio y magia”. Lo hace a diario en su estudio cerca de Barcelona. Se fue porque el arte fantástico tenía más futuro en Europa con editoriales que publicaban su trabajo. Dice que ahora, con Internet, es mucho más fácil “vivir donde se quiere”. Estudió en Buenos Aires en la escuela secundaria “Fernando Fader” con orientación artística.
DataRioja (DR): ¿La educación tradicional fomenta el arte? ¿Cómo ve el arte comparando el sistema educativo de argentina que recibió usted con el español que cursan sus hijos?
-C: Bueno, en la época que yo estudie la educación estaba bien aquí, no me puedo quejar. Precisamente en mi primaria y secundaria eran escuelas en donde se incentivaba muchísimo el arte, incluso más de lo que hacía España en esa época. Ahora España está bien pero no es lo que a mí me gustaría sencillamente porque el arte no está tenido en cuenta como una actitud fundamental sino que se toma como una cosa secundaria y accesoria. La educación está atada a lo que es el sistema y el sistema está mal. Si el sistema está mal la educación no puede estar bien. Concibo el arte como actitud. Volcar lo mejor de nosotros mismos, descubrir y desarrollar un don personal para ofrecer a los demás. Ahondar hacia el infinito interior explorando la imaginación, las capacidades, la conciencia.
En este ejercicio diario de autoconocimiento, Ciruelo explora los sueños: “Me duermo consciente como quien se va de viaje. Los sueños son reales. Viajes hacia dentro que tienen que ver con lo que hago hacia afuera” En esta búsqueda de manejar lo intangible, la creatividad llega por diferentes puertas y le permiten explorar desde la intuición para poder manejar lo intangible.
“Trabajo como introspección para encontrar universos, yo cierro los ojos y dibujo en mi mente, como si fuera una pantalla, como un photoshop en mi cabeza. Si interrumpo lo guardo y más tarde puedo  volver a abrir ese recuerdo en el mismo punto en donde lo dejé para continuarlo. Todos los artistas visuales tenemos esa pantalla 3D. A veces aparece una escena que no sé de donde viene, con muchos detalles y cosas hermosas. Yo atestiguo y trato de capturar algo de eso. A veces aparecen personajes y me cuentan cosas. Es real”, agregó.
DR: Si el arte es autoconocimiento ¿qué pasa si lo que encontramos no nos gusta? ¿El arte nos modifica interiormente o nosotros modificamos el entorno a través del arte?
-La esencia final de todos nosotros nos va a gustar siempre, lo que pasa es que es un camino complejo de trabajo llegar a esa esencia. Lo que vamos a encontrar en el medio son obstáculos y esos obstáculos no nos van a gustar, porque nos vamos  dar cuenta que están construidos por un montón de cuestiones sociales, culturales, emocionales. Eso es lo que no nos va a gustar. La esencia siempre nos gusta porque la esencia es lo que somos y somos todos lo mismo. Y el arte embellece todo ese proceso. Uno evoluciona, uno aprende, cuando desbloqueas cosas que no te gustan es un proceso duro que puede no gustarte pero es un proceso necesario.  Pero a medida que lo vas haciendo es positivo.
DR: ¿En cuál de sus obras habitaría si tuviera la puerta de entrada a uno de sus cuadros?
-Todos pertenecen al mismo universo. Entrar a cualquiera de mis cuadros es entrar al mismo lugar. Es un lugar de una dimensión paralela a esta que existe y yo habito. Que muchos habitan al mismo tiempo, en donde hay otro tipo de relaciones sociales, hay cierta justicia, hay ciertas cosas a las que nosotros deberíamos apuntar …
DR: ¿Con la certeza de que existe?
-Totalmente.
La muestra Infinito interior estará expuesta en el Paseo Castro Barros (Pelagio B. Luna y Belgrano) hasta el 21 de mayo y puede visitarse de 10 a 13 y de 17 a 21 hs. Entrada libre y gratuita.
Texto: Jimena Vera Psaró
Redacción DataRioja
09/ 05/2012

miércoles, 2 de mayo de 2012

Reflexiones por el Día del Trabajador

1° de mayo. Olor a asado y comunión entre patronal y empleados. El discurso de lo mucho que se sacrifica la empresa o institución, el aumento del 3% en los sueldos (aplausos) mientras la canasta básica, la nafta y los alquileres superaron el 6%. Sonrisas, fotos y brindis.

En el último censo, una fina pregunta separaba el mundo de los empleados de los desocupados: “¿durante la semana pasada trabajo al menos 1 hora?” y es difícil imaginar que algún ser en la tierra no lo haya hecho. Ya que en la amplitud de respuestas posibles podría estar quien trabajó en relación de dependencia, ejerciendo el autoempleo, en un trabajo voluntario o trabajó en el hogar toda la semana y más de una hora. Y sin embargo no había preguntas acerca de los planes sociales que el entrevistado podría percibir.

¿Qué festejamos? La celebración de un derecho, lo consumado por muchos que pusieron el cuerpo y las ideas por defender que cada hora de producción sea digna, las vocaciones en oficios y profesiones que se elijen con auténtico sentido de servicio o un feriado más, otro día de descanso. Casi para todos y todas, porque algunos comercios se jactan en los anuncios “única sucursal abierta el martes 1°”. Y allí está el ejército uniformado de empleados de la casa de electrodomésticos.

El brindis debería incluir la celebración de la igualdad, el mismo sueldo por las mismas tareas, el pago efectivo de horas extras incluso si se tienen en cuenta los llamados urgentes los domingos a deshora, o el quedarse a terminar un informe más de la cuenta.

Se podría mirar a los ojos a los compañeros y sostener en ese contacto un “estamos del mismo lado, nunca te perjudiqué” y ser parte de la fraternidad colectiva. Un buen trabajo, celebrable, debería contemplar la libertad de hacer aquello que se ha elegido y un respetado tiempo de ocio y esparcimiento que no obligue a salir a buscar tres sobre empleos más para llegar a un ingreso mensual aceptable. Debería respetarse a la cantidad de personas que hacen del voluntariado un estilo de vida al servicio de los demás, como una ocupación más, plena, aunque no remunerada con dinero sino con mucho más que no entienden los que califican al voluntariado como un uso liviano del tiempo libre.

Y si no es posible el trabajo no rentado por libre elección, o si la búsqueda de trabajo en relación de dependencia quedó en muchas entrevistas y curriculums dispersos sin resultados, debería la sociedad allanar el camino para que el autoempleo sea una posibilidad exitosa, independiente y digna. Que desarrolle el potencial de cada persona, que genere ingresos dignos, que no sea una actividad cuesta arriba en contrapartida con la pasividad de aceptar un plan social de ayuda que no incluye, que ata y que hace del asistencialismo una cadena.

¡Feliz día del trabajador! A quienes tienen ocho horas para trabajar, ocho para descansar y ocho para disfrutar y para todos aquellos que al igual que en 1886 lo siguen intentando.